Maca terapeuta

Blog - La pluma de maca

¿POR QUÉ UNIR LA PSICOLOGÍA CON LA ANGEOLOGÍA? Siempre me preguntan ¿por qué una psicóloga sigue el camino de los ángeles?, si …

¿POR QUÉ UNIR LA PSICOLOGÍA CON LA ANGEOLOGÍA? Siempre me preguntan ¿por qué una psicóloga sigue el camino de los ángeles?, si …

EN BUSQUEDA DE MI PASIÓN

Apreciados lectores de LA PLUMA DE MACA

Quiero contarles mi historia por dos razones: primero, porque creo que merece ser compartida, y segundo, porque espero que inspire a alguien que al leerla se sienta motivado a perseguir sus sueños.

A los 44 años, siendo madre de 3 hijos y abuela, decidí cumplir un sueño que llevaba años posponiendo: estudiar psicología. Muchos pensaron que era demasiado tarde, pero para mí, fue el momento perfecto, cuando la experiencia de vida se unió con el deseo profundo de cumplir mi propósito.

Siempre quise estudiar esta carrera, pero como fui madre adolescente mi padre me insistió o mas bien me impuso estudiar contaduría, paradójicamente porque esta carrera me permitiría trabajar desde casa y estar al pendiente de mi hija; ahora trabajo desde casa siendo psicóloga.

Como no era mi pasión, no acabe mi carrera y preferí optar por el oficio de ser madre y esposa; como no todo es color de rosa, después de 10 años de matrimonio me separé de mi pareja y como si fuera poco él dejándose llevar por ego, me quitó los niños aludiendo que yo no tenia trabajo para sostenerlos, y
¿cómo iba a trabajar si estaba dedicada a ellos?? En fin…
Para mi fue muy duro separarme de mis hijos aún muy pequeños, pero todavía hoy retumban las palabras de la comisaria de familia que me dijo “señora, aproveché; cuantas madres quisieran que sus esposos se hagan cargo de los niños”, así que asentí, empecé a vivir cosas que nunca había vivido porque fui madre a los 19 años, eso si siempre con un ojo puesto en mis hijos y pendiente de ellos.
Con el tiempo, los recupere y sin tener que mover un solo dedo ellos volvieron a mí.

Y como el universo busca el equilibrio, pude recuperar el tiempo perdido sobre todo con mi hija menor que tenía tan solo 4 años cuando fue separada de mí, pues ella para mi sorpresa quiso estudiar psicología. Las averiguaciones de la universidad las hice yo, y al ver todo lo hermoso que se aprende en esta carrera mi alma y mi espíritu se llenaron de alegría y tomé la decisión de entrar a estudiar también.

Juntas iniciamos la carrera, juntas asistimos a todas las clases, hicimos exposiciones, estudiábamos hasta altas horas de la noche o madrugábamos a hacerlo, hicimos la tesis de grado y nos graduamos como psicólogas el mismo día. Compartimos muchas más cosas de las que esperaba compartir y hasta descubrimos similitudes; por ejemplo, en nuestro método de aprendizaje y estudio, en nuestra organización, etc.El tiempo y la vida nos debía esta convivencia y estas experiencias…

Al preguntarle si le molestaba estudiar con su mamá ella siempre respondía orgullosa que no, que antes mejor pues yo la llevaba y la traía en carro de la universidad, le gastaba en la cafetería, le pagaba las fotocopias, en fin… ella estaba muy cómoda y poco o nada le importaba lo que los compañeros pensaran o dijeran del tema, además porque yo como madre soy una persona muy relajada y poco controladora lo que creo facilito la situación.

Hoy somos psicólogas, cada una con su pasión y desempeñándonos en diferentes campos, yo en la parte clínica, ella en la parte organizacional, pero además de ser colegas, nos dimos el espacio de conocernos mejor y de descubrir que somos más parecidas de lo que pensábamos.
Mi historia es para quienes sienten que sus sueños son imposibles o creen que ya es demasiado tarde. Les aseguro que nunca es tarde para soñar ni para cumplir con tu propósito de vida. Siempre hay una oportunidad, una luz, si persigues tus sueños con pasión.

No renuncies a lo que siempre has deseado. ¡NUNCA es tarde! ¡SIEMPRE se puede! ¡El momento de luchar por tus sueños es ahora!